La importancia de lo más pequeño

La importancia de lo más pequeño
Observando una mariquita

jueves, 27 de mayo de 2010

Encontrar tu camino

Te levantas, te sientas…infinitas veces repites la serie. Ahora voy aquí, ahora voy allí, vuelvo una y otra vez donde estaba. Quiero no hacer nada y a la vez hacerlo todo, pero no me muevo, quedo inmóvil físicamente.

Mi camino es amplio, largo y entremedias asoman pequeños senderos,…miles de senderos.

Es tan grande el mundo que me rodea que no sé que camino tomar. Tengo tantas posibilidades, tantas oportunidades de elegir, que acabo abrumada ante la idea, acabo quieta, no me muevo. Intento fluir, dejarme llevar…quizás alguno de esos caminos se ilumine, me llame la atención especialmente, quizá conforme vaya avanzando lentamente, venga a mi un nuevo sendero.

Pero mientras tanto, sigo caminando, despacio, tranquila, abierta a cualquier señal que pueda presentarse de repente.

Encontrar tu camino
Por Sory

domingo, 28 de marzo de 2010

El valor de las pequeñas cosas

Esta es una reflexión para todos, dando respuesta al comentario que publicó mi amiga Mª Carmen.

Hoy día vivimos en una sociedad donde tener significa “ser mejor”, “tener más poder”. No quiero generalizar, pues he visto que mucha gente se está dando cuenta de ello, y esta llevando su vida hacia un camino más espiritual, donde lo importante no es tener más o menos si no vivir experiencias y dar lo mejor de si mismo, para ellos y para las personas que lo rodean.

Por supuesto hemos entrado en un bucle, en que, o eres consciente de lo que haces, o sin darte cuenta la sociedad te arrastra, te impulsa y te lleva hacia lo que hace la mayoría, y no solo eso sino que no vives tú vida como tú misma, sino que dependes de todo lo que pasa en el exterior y acabas hiendo por la vida sonámbulo, perdiéndote momentos increíbles y únicos.

Mirando hacia atrás, recuerdo cuando era niña, mis padres me transmitieron el amor a la naturaleza, llevando me al campo cada vez que tenían vacaciones, incluso cada fin de semana íbamos de camping, en verano todos juntos a la playa!



(Foto 1: Mi padre y yo, juntos bajo la sombra de un porche improvisado en el camping. Foto2: Mi madre, mi hermana pequeña y yo, en bicicleta. Foto 3: Mi hermana y yo en la playa.)

Recuerdo un día, en la escuela yo estaba estudiando los árboles, concretamente el Almendro, recordaré siempre cuando mis padres cogieron el coche y me llevaron a un lugar donde pude ver uno, lleno de flores, precioso.
En otro momento, y estando de camping en la playa, con toda mi familia, incluidos abuelos y tíos, dormíamos todos en una caravana y decidimos levantarnos a las cinco de la mañana para observar desde la playa la salida del sol, yo era pequeña pero recuerdo a todos sentados, esperando a que el gran astro apareciera, asomara la nariz por el horizonte del mar, y cual fue nuestra sorpresa que el sol salió por otro lado, a lo lejos, detrás de unos edificios lejanos que divisamos, así que nos quedamos sin ver esa maravillosa puesta. Pero porqué recuerdo esto, si en teoría salió mal? Pues lo recuerdo porque fue un momento donde todos estuvimos juntos, unidos, compartiendo algo, y ese motivo, y lo divertido que lo pasamos riendo por lo que pasó, fue lo que se me quedó grabado. Por eso creo que al final lo más importante son las experiencias que pasas en tu vida, al querer llegar a un objetivo, que el propio objetivo en sí.

Estas son solo un par de las experiencias que sin darme cuenta me hicieron prestar atención y sentir amor por lo que nos rodea, y a valorar mucho más eso que cualquier regalo material que me pudieran hacer.

He observado que ahora, los padres trabajan mucho más, se pasan todas las horas del día fuera de casa, sin la familia, sin ver a sus hijos, y cuando llegan casa, cansados no tienen tiempo ni para entablar una conversación con ellos, sintiéndose culpables por ello, tienden a comprar le al niño o niña todo lo que desea: una Nintendo, una Play, unas zapatillas de marca, videojuegos…Pero realmente lo que estamos haciendo es crear a un “monstruo”, el cual valora más lo material, que pasar un día con sus padres, que explicar a los suyos como ha ido el día, que ver una puesta de sol juntos. Puedo entender que el nivel de vida que llevamos nos hace creer que necesitamos más de lo que tenemos, pero, porque no ponemos nosotros el nivel? Puedes trabajar menos, para tener tiempo para los tuyos, no hace falta que te vayas de vacaciones a la otra punta del mundo en hoteles de cinco estrellas, sino que puedes ir a pueblos cercanos, de camping… Puedes comprar a tu hijo unos zapatos más baratos, no hace falta que sean de marca…
La cuestión es: es más fácil llegar a casa y dar un regalito, o planear un día con tu hijo?

Mucha gente piensa que no “tiene tiempo” para historias y prefiere evidentemente hacer “feliz” a su hijo con un bien material, así es como creamos a un niño, el cual prefiere quedarse en casa jugando a sus videojuegos o viendo la televisión, que salir a la calle a jugar, un niño al que le da más valor lo que dirán sus amigos si no lleva una camiseta de marca, que preocuparse por los niños que mueren de hambre, un niño que cuando está en casa con sus padres prefiere encerrarse en su habitación (para no molestar) antes que hablar de cómo ha ido el día, con su madre.

Es muy difícil educar a un niño, pero no es tanto darle cariño, mostrarle lo valioso que es el mundo, enseñarle a tener empatía por cualquier persona, enseñarle a ser amable y generoso, enseñarle a expresarse y enseñarle a dar valor a las cosas que realmente lo tienen.

El tiempo es solo tiempo, lo importante es qué hacemos en cada momento, lo importante es la plenitud con la que pasamos cada instante, ya sea escuchando lo que nos tenga que decir otra persona, ayudando, o prestando atención alguien que lo necesite.

Una simple mirada, una simple sonrisa hacia alguien, puede cambiar todo el transcurso del día de esa persona, lo que haces y dices, no solo repercute en ti y en las personas más cercanas, sino que va más allá de lo que pensamos, todos estamos conectados, todos estamos unidos de una forma u otra, en definitiva, todos somos uno.

martes, 23 de marzo de 2010

Silencio

Acudo por una fuerza invisible hacia la noche, una oscuridad luminosa me acerca hacia la realidad. Farolas encendidas, reflejadas en el asfalto, gracias a una fina capa de agua.

Agudizo mis sentidos y un escalofrío entra en mi cuerpo a través de un aire helado, húmedo…que penetra por mi nariz.

Escucho lo que parecen ser signos del último suspiro de una lluvia. Solo se aprecia el sonido intermitente de algunas gotas pérdidas, que caen sobre diferentes objetos.

Silencio…Mi cuerpo se para…, mis ojos se cierran…, mi ser se acalla…, y solo así, intuyo el sonido de la mar, que a lo lejos reclama mi atención…
Y en ese mismo momento descubro mi paz.
De madrugada después de una
lluvia, en la terraza de casa.
(Por Sory)

miércoles, 10 de marzo de 2010

Las cosas van cambiando

Ahora me doy cuenta de muchas cosas.

Es increíble lo que en una etapa de tu vida te puede suponer un problema y la misma cosa, ahora en este mismo instante lo aprecio de tal forma que nunca hubiera imaginado.

“Una luz llena de energía, acaricia mi cara, el Sol. A través de la ventana aun parece más señorial, más radiante...Una vez me adentro en la oscuridad de los ojos de la montaña rocosa, empiezan a brillar diamantes, creados por esa luz especial que refleja en la mar.

En esa inmensidad del mar, hoy las olas quieren escapar a las montañas, pero impedidas por el talante de las rocas, regresan a su seno.

Que increíble ver esto una y otra vez, ellas no pierden la esperanza, siguen y siguen...y algunas de esas gotas serán las afortunadas que después de volar rozando el aire, caerán en tierra firme.

Quien estuviera ahí, para que una de esas gotas, acabara en mi rostro, en mi cuerpo, en mis manos...! Pero aún y sin estar allí, lo siento como si lo estuviera viviendo en ese mismo instante”.

A través de la ventana.
Viaje en tren.

Por Soraya.

http://enlazadordemundos-concienciaglobal.blogspot.com/

lunes, 16 de noviembre de 2009

Reflexión sobre un cuento



Una amiga me escribió un mail, en el que hablaba de la siguiente historia, escrita por Jorge Bucay:

Un alumno llegó a su profesor con un problema:

-Estoy aquí, profesor, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Dicen que no sirvo para nada, que no hago nada bien, que soy tonto y muy idiota ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El profesor, sin mirarlo, le dijo:
-Lo siento mucho, joven, pero ahora no puedo ayudarte. Primero debo resolver mi propio problema, tal vez después... Y haciendo una pausa dijo: Si tú me ayudas y puedo resolver mi problema rápidamente, quizá pueda ayudarte a resolver el tuyo.

- Claro, profesor, murmuró el joven. Pero se sintió otra vez desvalorizado

El profesor se sacó un anillo que llevaba en el dedo pequeño, se lo dio y le dijo:

Coge el caballo y vete al mercado. Debes vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es preciso que obtengas por él el máximo posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y vuelve con la moneda lo más rápido posible. El joven cogió el anillo y partió. Cuando llegó al mercado empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Ellos miraban con algún interés, atendiendo al joven cuando decía cuanto pretendía por el anillo.
Cuando decía que una moneda de oro, algunos reían, otros se apartaban sin mirarlo. Solamente un viejecito fue amable de explicarle que una moneda de oro era mucho valor para comprar un anillo Intentando ayudar al joven, llegaron a ofrecerle una moneda de plata y una jícara de cobre, pero el joven seguía las instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazaba las ofertas.

Después de ofrecer la joya a todos los que pasaban por el mercado, y abatido por el fracaso, montó en el caballo y regresó. El joven deseaba tener una moneda de oro para comprar el mismo el anillo, librando de la preocupación a su profesor pudiendo así recibir su ayuda y consejos.

Entró en la casa y dijo:
-Profesor, lo siento mucho, pero es imposible conseguir lo que me pidió. Tal vez pudiese conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que se pueda engañar a nadie sobre el valor del anillo.
-Importante lo que me dices, joven, le contestó sonriente. Primero debemos saber el valor del anillo. Vuelve a coger el caballo y vas a ver al joyero. Quien mejor para saber su valor exacto? Pero no importa cuanto te ofrezca, no lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven fue a ver al joyero y le dio el anillo para que lo examinara. El joyero lo examinó con una lupa, lo pesó y le dijo:
-Dile a tu profesor que, que si lo quiere vender ahora no puedo darle más de 58 monedas de oro.
-58 MONEDAS DE ORO!!, exclamó el joven.
-Si, contestó el joyero, y creo que con el tiempo podría ofrecer cerca de 70 monedas, pero si la venta es urgente

El joven corrió emocionado a casa del profesor para contarle lo ocurrido.
-Siéntate, dijo el profesor, y después de escuchar todo lo que el joven le contó, le dijo:

Tu eres como ese anillo, una joya valiosa y única. Solamente puede ser valorada por un especialista.
Pensabas que cualquiera podía descubrir su verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a colocarse su anillo en el dedo.

Todos somos como esta joya. Valioso y únicos y andamos por todos los mercados de la vida pretendiendo que personas inexpertas nos valoren.

Que razón!!! no podemos pretender gustar a todo el mundo, hay a quien no gustamos, pero que más da, tenemos a personas a nuestro alrededor que nos quieren, y esas son las que importan, porque saben como somos realmente y aunque encontremos a gente que nos desvaloriza, no tenemos que sentirnos mal, cada uno de nosotros es como es, y mientras seamos nosotros mismos, da igual a quien caigamos en gracia y a quien no.

¿Quizás a nosotros nos gusta todo el mundo con quien nos cruzamos? no, no es así, pero hemos de aceptar que cada persona es como es, nos guste más o menos, solo con el hecho de aceptarlo ya podemos ver a esa persona de una manera diferente.

Por otra parte, aunque creamos que una persona que nos humilla o desvaloriza, es una persona "mala", si aceptamos que esa persona es así, (sea cual sea el motivo, pueden haber motivos personales que la hayan llevado a tener esa conducta), nosotros no tendremos más remedio que sentir por ella, compasión, y de esta manera no tendremos la necesidad de alimentar nuestro ego para responderle de la misma manera, porque en realidad, lo que habla de esa persona es su ego. El ego siempre quiere tener la razón, siempre tiene que quedar por encima de los demás. Nosotros tenemos que pensar que cuando nos cruzamos con una persona, que por ejemplo nos insulta, no es ella misma la que lo hace, si no su ego, él sobrevive así, manipula a la persona, pero si nosotros sabemos esto, no tendremos respuesta para el insulto. Si insultamos, estamos alimentando nuestro ego, no hemos entendido nada, tú sabes como eres interiormente, no necesitas insultar a nadie para demostrar nada.

Leí en un libro algo así como: "si te insultan, mantente quieto sin responder, no emitas juicios, no alimentes tú ego, si te alaban, mantente quieto sin responder, no emitas juicios, no alimentes tú ego, solo escucha y observa, deja que digan lo que tienen que decir, pero no respondas ni para bien, ni para mal, si lo haces, no serás tú el que responda, si no tú ego"


Sory

miércoles, 28 de octubre de 2009

Vivir en el Ahora, depende de nosotros.

Como dije anteriormente comentaré algunas de las acciones que podemos hacer, para vivir en el Ahora. Aunque yo os recomiendo que leáis el libro del “Poder del Ahora” de Eckhart Tolle, donde os daréis cuenta de muchas de las cosas que hacemos durante el día de manera inconsciente.

¿No os habéis dado cuenta de que más de la mitad de las acciones que hacemos a lo largo del día son automáticas? ¿No os ha pasado nunca que ibais a hacer algo y de repente se os olvida? ¿O que estáis hablando con alguien y perdéis alguna de la información que os están diciendo?

Esto es lo que quiero decir con no vivir el Ahora, siempre tenemos en la cabeza otras cosas, algo que nos ha sucedido en el trabajo y no paras de darle vueltas, algo que te preocupa, algo que tienes que hacer mañana…

Intentar no hacer esto es muy difícil, pero si vamos cambiando pequeñas cosas llegará un momento en que lo haremos sin esfuerzo: Si ahora estoy cocinando pongo todos los sentidos en lo que estoy haciendo; si ahora estoy comiendo, siento, huelo, saboreo, estoy totalmente presente en lo que hago; si estoy lavándome las manos, siento el agua correr por mis manos; si voy por la calle siento la brisa que acaricia mi rostro; si estoy limpiando el suelo, estoy totalmente presente; si estoy escuchando a alguien, escucho con todos los sentidos…

Bueno estos son algunas de las cosas que podemos ir cambiando poco a poco. Y os preguntaréis: ¿que es lo que se siente? Por lo menos lo que yo he sentido ha sido alegría, gratitud, paz… Por poneros un ejemplo, es una sensación como cuando ves un paisaje hermoso y te quedas mirándolo totalmente consciente y presente de lo que ves, o cuando comes una fruta que te encanta y lo haces totalmente saboreándola, sintiendo el sabor, el frescor, el olor... Eso es estar presente, consciente de lo que haces, así te sientes en cada momento. Si lográramos hacerlo siempre, en cada cosa que hacemos, estaríamos siempre con un sentimiento de alegría y gratitud por todo lo que nos rodea.

Solo me queda decir que intentemos vivir el ahora, ya que es lo único que tenemos en nuestras manos.
.

Suerte!!!



Foto:
Aunque tengas que madrugar para ir a trabajar o estudiar, disfruta del ahora, solo tú puedes hacerlo. (Salida de sol a la entrada de Barcelona)
.
Mi BLOG: http://enlazadordemundos-concienciaglobal.blogspot.com/
.

lunes, 26 de octubre de 2009

Vivir en el Ahora


Hay un autor que me gusta mucho, que explica que para llegar a tu ser interior y sentirte “feliz”, primero has de tener claro que tienes que vivir en el presente, en el Ahora, no en el pasado, ni en el futuro, hablo de Eckhart Tolle, el cual recomiendo alguno de sus libros en éste blog.

Eckhart explica que vivimos regidos por nuestros pensamientos, muchos de ellos pertenecientes al pasado o al futuro. ¿Pero tiene sentido esto? Muchas veces nos sentimos condicionados ha decir o a hacer algo, a causa del pasado, pero no nos damos cuenta de que el pasado, ya no existe, es algo que ya pasó, ya no podemos cambiarlo, hemos de aceptarlo y aprender de ello.
Muchas veces he pensado: ¿y si aquel día hubiera hecho aquello? ¿Y si hubiera dicho que si a lo otro? ¿Y si hubiera tomado otra decisión? Esas preguntas te pueden atormentar en tu presente, y lo que es peor, no te dejan vivirlo, pierdes el momento, el Ahora.

Ahora entiendo y sé (desde que leí alguno de sus libros), que el pasado ya ha pasado, que lo que uno decide en un momento determinado tiene unas consecuencias, y esas consecuencias, sean “buenas o malas”, siempre nos van a aportar un aprendizaje. Sabiendo esto, muchas veces me doy cuenta que la decisión que tomé en el pasado respecto a algún tema, me ha hecho llegar a, por ejemplo, algún sitio, a conocer a alguien, a hacer algo que no hubiera hecho en otras condiciones,…Cosas que si hubiera cambiado mi decisión igual no hubieran sucedido (o igual sí). Lo que quiero decir es que sobre lo único que podemos influir es en como vivir el presente, el Ahora, porque el pasado ya no lo tenemos y el futuro todavía no ha llegado, son dos términos que no existen. El presente, lo que estas haciendo Ahora, es sobre lo que tu puedes decidir, elegir si hacer una cosa o otra, si disfrutar o enfadarse, si sentirte bien o mal, todo esto Ahora, lo eliges tú, nadie más lo puede hacer, solo tú.

En el caso del futuro, y explicando mi experiencia, puedo decir, que muchas veces he tenido “miedo” por ejemplo al empezar un trabajo nuevo, en el inicio de un nuevo curso en el instituto, miedo a conocer a alguien de quien tienes prejuicios…Incluso me he imaginado escenas de un futuro que no existe!!! Todo esto lo único que ha hecho, es que tenga miedo del algo ficticio, que aun no he vivido, crear prejuicios de situaciones no vividas y pasar malos días por cosas “imaginadas”, no reales. Después cuando ha llegado la hora de enfrentarse a lo que “tanto miedo se tenia” no ha sido para nada igual, al futuro que tú en tú cabeza te habías creado no era real, esto me ha hecho pasar días angustiada, días enfadada, días preocupada, días que no he disfrutado lo que hacia en el momento…¿y todo porque? Porque hacia caso de mis pensamientos que me hacían poner toda mi atención en algo que no existía, en el futuro. De esta manera, evidentemente no podía disfrutar lo que hacia en cada momento, disfrutar del Ahora.

Y aunque es muy difícil centrarte en el presente, y dejar ir tus pensamientos sin hacerles caso, es decir, siendo una mera observadora, hay pequeñas acciones que puedes ir practicando para salir de esto. En la próxima entrada hablaré de algunas de las acciones que se pueden hacer en la vida cotidiana, y explicaré algunas de las pequeñas cosas que van cambiando en mí.